
ALTERIDAD Y CONSENSO
Alteridad, exterioridad u otroridad: Es un metaconstructo filosófico subjetivo, individual e interno, fuertemente marcado por la dualidad, ya que se refiere a la capacidad de considerar a la persona con la que estoy interactuando desde mi propia posición.
Es decir, la capacidad de alternar mi propia perspectiva por la del otro, e incluso la capacidad de “ser otro”, y por tanto de descubrir a los demás (debilidades, capacidades, fortalezas, intereses…). Significa el abandono de la yoificación y apertura al conocimiento del otro como identidad distinta de la mía e igualmente legítima.
Esta capacidad es especialmente útil a la hora de calibrar y vincular y por tanto nos asegura una mayor eficacia en nuestras interacciones. Por el contrario la ausencia de alteridad nos puede acarrear graves problemas a la hora de relacionarnos: cuando un hombre judío entabla una relación con una mujer católica, la alteridad es indispensable para entender y aceptar las diferencias entre ambos. En cambio, si se registra una escasa alteridad, la relación será imposible ya que las dos visiones del mundo sólo chocarán entre sí y no habrá espacio para el entendimiento. Como veis, la alteridad es un proceso de comprensión inherente al ser humano, valido para cualquier fenómeno social, que se manifiesta en cualquier contexto cotidiano y es por eso que debemos trabajarlo y manejarlo con soltura si queremos tener éxito en nuestras relaciones con los demás. La clave es conocer (analizar y calibrar) y entender al otro o empatizar con él.
Su uso actual se debe a Emmanuel Lévinas, en una compilación de ensayos bajo el título Alteridad y Trascendencia.
La alteridad se relaciona, e incluso es el centro de todos estos conceptos: empatía, reconocimiento, reciprocidad, experiencia, diversidad, igualdad, aceptación, unidad, ética, sociabilidad, multiculturalidad, responsabilidad, tolerancia, encuentro, cosmovisión, arquetipos, respeto, dialogo, sinceridad, prudencia, noosfera, egocentrismo, espiritualidad, filosofía, política, religión, autoafirmacion, pertenencia, confianza, escencia, ortedad, heterodoxia, prospectiva, significación, heurística, epistemología, propositiva, ontica, naturaleza, ciencia, cognición, emoción, comportamiento, arte, diseño, teleología, innovación, ideas, conceptos, creatividad, enfoque, visión, opinión, reflexión, comprensión, humanidad, diversidad, lenguaje, ingenio, destreza, devenir, imaginar, significado, crear, critica, tradición, horizonte, futuro, interpretaciones, intereses, alternativas, desencriptar, poética, cívica, espíritu, signo, paradigma, ideal, onírico, opuesto, utopía, intereses, instrumento, modelo, transformación, contexto, evolución, estrategia, pensamiento, prever, consciente, racionalización, coherencia, costumbres, perspectiva… y muchos más.
Como no podemos desarrollar aquí todos, te invito a que si no conoces el significado de alguno, lo investigues en la red para ampliar esta información.

Beneficios de una buena alteridad: El término “alteridad” se aplica al descubrimiento que el “yo” hace del “otro”, que a su vez es otro “yo”, que nos ve a nosotros como un “otro” y también nos examina, lo que da mucho juego. Durante este proceso, que se da continuamente en cada uno de nosotros, surge una amplia gama de imágenes del otro e incluso de nosotros mismos.
CONSENSO
El consenso es para nosotras el modo habitual de tomar decisiones. No supone unanimidad; requiere
que se escuche, se hable, se comprenda, se considere todo para alcanzar la comunión y la
solidaridad. Se llega al consenso a través de un proceso que lleva a todas a apoyar una decisión.
El diccionario define el consenso como “Acuerdo producido por consentimiento entre todos los
miembros de un grupo o entre varios grupos”.
Es “sentir-junto-a", es "vibrar" del mismo modo acerca del mismo estímulo.
En el ámbito institucional, las decisiones por consenso son la base de un estilo de conducción
participativo, instalando un modo "horizontal" o “circular” de comunicación y búsqueda de
soluciones.
¿Qué es consenso?
Cuando hablamos de consenso nos referimos a la toma de decisiones en común acuerdo por parte
de todos los miembros de un grupo y no por la mayoría o por una representatividad. Lo que
caracteriza al consenso es el proceso por el que el grupo ha de pasar para llegar a un acuerdo. El
punto de partida, el método y los resultados son muy diferentes de los métodos de votación por
mayoría.
El consenso se fundamenta en la creencia de que cada persona posee parte de la verdad y que nadie
la posee por completo (aunque sea grande la tentación de creer que sólo nosotras somos portadoras
de toda la verdad). También se fundamenta en el respeto a todas las personas que toman parte en la
decisión que se está llevando a cabo.
Una decisión por consenso, por lo tanto, es aquella que se toma gracias al acuerdo de una mayoría pero, a su vez, tratando de minimizar el nivel de conflicto con la minoría. Esto quiere decir que una decisión tomada por la mayoría no siempre implica un consenso, ya que puede avasallar la opinión de la minoría.
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